DESBORDADAS TODAS LAS PREVISIONES EN LA I RUTA TURISTICA DEL CLUB DE VEHICULOS CLASICOS DE CANTABRIA
Se celebró el pasado domingo 23 de marzo la salida inaugural del Club de Vehículos Clásicos de Cantabria (CVCC). Por si quedaba alguna duda, el interés por los vehículos clásicos en Cantabria está en la cresta de la ola ya que, una vez más, la asistencia de público desbordó todas las previsiones del CVCC, que ya eran bastante optimistas. A ello ayudó un domingo excelente en lo climatológico y una atractiva visita a la colección de Rolls Royce más importante del mundo, en Torre de Loizaga (Vizcaya).
A partir de las 9:30 de la mañana, comenzamos a llegar a Puente San Miguel, en un constante goteo, un buen número de vehículos clásicos con animo de disfrutar de una bonita jornada de convivencia. Más de 50 coches suponía un rotundo éxito para un viaje que no era un paseo: casi 120 km. de ida y otros tantos de vuelta podían echar atrás a más de uno, pero una mañana soleada, con un viento sur bastante fuerte, invitaban a disfrutar de nuestros clásicos.
Como siempre, la respuesta de los aficionados, impresionante.
Tras resultar imposible la presencia de autoridades para la inauguración del Club, los allí presentes lo dimos por inaugurado y, tras la entrega de los dorsales y de un rutómetro bien elaborado, a las 10:15 partimos de Puente San Miguel en dirección a Vizcaya. Daba gusto ver la caravana de clásicos por la autovía en una mañana preciosa: todos impecables, los clásicos populares: Seat 600 y 850 Spider, 1500, 124 y 1430; Citroën 2 CV, Dyane 400, 11 Ligero y DS 21 (Tiburón); Austin y diversos Minis, Escarabajos de todos los tipos (en Vizcaya de unió a la comitiva un club de VW), algún descapotable inglés, Renault Gordini y Alpine, varios Mercedes (Pontón, 500 SL, etc.), Land Rover, Peugeot (203, 405, etc.), un Rolls espectacular, el Jaguar del Sr. Montes, un Honda Civic, etc.
Despues de un reagrupamiento en el area de servicio “La Pausa”, hacia las 11:30 partimos hacia Torre de Loizaga, donde llegamos hacia la 1 del mediodía sin más incidencias que algo de agua vertido por algún manguito maltrecho, a causa del calor reinante.
El paraje, impresionante y muy cuidado. Una torre medieval cuidadosamente restaurada rodeada de diversas edificaciones a tono con el estilo del conjunto, que dan cobijo a una colección impresionante de vehículos, la mayoría Rolls Royce, y muchos de ellos únicos.
Se comienza viendo los más modernos, para acabar con los más antiguos. Desde los Corniche, Silver Cloud, etc., hasta los más antiguos Phantom I, II, 20-25, etc., pasando por los Silver Wraith, Silver Ghost, Spur,...un auténtico lujo para los sentidos: volantes de marfil, pomos de oro, historias de emperadores, jefes de estado, jeques y sultanes...digno de verse. Aparte de los Rolls, otros vehículos muy interesantes: Isotta Fraschini, Bentley, Ferrari, Lamborguini (un Countach espectacular), BMW, Porsche, Lancia, Vauxhall, Hispano Suiza, Ford T, Austin. Todo un acierto ir a visitar está colección.
Acto seguido, nos dirigimos a Villaverde de Trucíos para comer. Los más de 130 comensales copamos al completo el pueblo y los dos restaurantes de la villa. La comida, aunque un poco tarde (nos dieron las 4), mereció la pena. En concreto yo comí unas alubias rojas de chuparse los dedos (no comí la cazuela por vergüenza).
La vuelta con tranquilidad por Ramales y Colindres con el buen sabor de boca de una jornada de convivencia muy bien organizada, con un ambiente sano y sin problemas. Esto promete. Ya esperamos con impaciencia la próxima salida.
Eduardo Lastra.
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