Entrevista a Daniel Sordo

En esta tercera entrega de las entrevistas a los pilotos míticos de los rallyes de Cantabria, nos ha parecido oportuno entrevistar a DANIEL SORDO, un piloto polifacético, que nunca ha competido con el afán de coleccionar títulos, sino con la premisa fundamental de dar espectáculo a la afición. Aún así, piloto rápido donde los haya, que sólo ha tenido acceso a vehículos realmente competitivos al final de su carrera automovilística.
Nos dirigimos hacia el Karting La Roca en busca de Daniel y, en las oficinas de la empresa que regenta, le hicimos la siguiente entrevista entre amigos, encaminada, como siempre, a desvelar anécdotas y circunstancias no conocidas por la mayor parte de los aficionados:
-Eduardo Lastra: Mis conocimientos de tu carrera como piloto no llegan a los inicios. ¿De qué manera te iniciaste en esto de los rallyes?. ¿Quién te contagió el gusanillo?
-Daniel Sordo: Mi padre tenía panadería. En aquellos tiempos tenía los Citroën 2 CV y cuando íbamos a la escuela, lo típico en el pueblo: los cinco o siete amigos muy amigos, que estábamos todo el día al lado de la panadería, al lado del taller de los coches y allí ya teníamos un ambientillo muy bonito, con las bicicletas que preparábamos para pegar saltos; las Velosolex, que quitábamos el motor y hacíamos los cuadros más gordos, los manillares tipo motocross.... Aquí ya empezábamos, al lado de mi casa. Había allí un santo, que es la Cruz de los Caídos, una plataforma donde saltábamos, a ver quien saltaba más, etc.. Yo tendría nueve o diez años entonces.
Después, en el taller que tenía mi padre para arreglar los coches, empezamos a fabricar una especie de karts con ruedas de los carros del pan. Les soldábamos unos hierros y les hacíamos tipo a los triángulos. Subíamos a la subida de San Roque y nos tirábamos para abajo. Hacíamos nuestras competiciones y de ahí vino el gusanillo de los coches y de las carreras.
En aquel tiempo ya empezábamos a buscarnos la vida: el coche del vecino, el 124, el 4-4, el Gordini, que se lo comprábamos por 1500 o 2000 ptas., lo preparábamos en el taller de mi padre y salíamos al campo de fútbol donde habíamos marcado un circuito de autocross. Yo tendría 14 años. Empecé con el tema de autocross allí, con las furgonetas Citroën AK-400 que quitaba mi padre de la panadería, las quitábamos las cajas y poníamos unas barras...aquí comenzó todo. Luego estuvimos una temporada parados ya que tuvimos algunos percances: por ejemplo, yo con un 124, derrapando tiré la esquina de una ermita, nos denunciaron y tuvimos que parar. En este transcurso surgió para mi el gusanillo de las motos; me compró mi padre una Puch de 50 y al año siguiente una Cobra de 75, y empecé a correr en moto. Gané un trial que hubo en Santander. Me metí a correr motocross; fuimos al circuito de La Camocha en Gijón, etc. y estuve corriendo 3 o 4 años. Lavando una moto tuve un accidente, me rompí la mano y no me quedó bien. Me fallaba mucho la mano y lo tuve que dejar. Fue cuando me pasé al mundo de los rallyes.
-E. L.: Mi primera imagen de Daniel Sordo es la de un chico melenudo sentado sobre el techo de un Renault Gordini de autocross. ¿en qué año empezaste a correr? ¿con qué coche?.
-Daniel Sordo: Fue justamente con ese coche. Sería el año 76-77. Era el "coche de las viudas" y se lo compramos a una señora de aquí, de Treceño. Fue el primer coche que hicimos de autocross. Le preparamos nosotros entero donde mi padre y salimos a correr el primer autocross, que yo creo que fue ilegal y se hizo en un pueblo de cuyo nombre no quiero acordarme. Hubo bastante follón, porque la gente no había visto nunca esto. El coche era una pasada, estaba muy bonito, sin las puertas de atrás y sin cristales. Llevaba motor de R8.
Entonces empezamos a hacer nuestras carreras privadas con la gente de Cabuérniga que también empezaban con el tema. Nos ibamos al monte o a la cantera 6 o 7 chavales y allí nos pasábamos los domingos o los días estos de verano que eran tan largos. Era bonito porque nos teníamos que apañar para ir a buscar al vecino con el tractor para que viniera a remolcarnos o sacarnos de una pista en la que nos habíamos caido. Todo eso tenía un proceso muy bonito que era el entretenimiento del día a día. Se hacía con muy poco dinero; por eso era muy sano; era otra historia: llenos de polvo después de hacer las carreras, nos íbamos a bañar al río; luego ibas a casa, cogías aquel bocadilluco de chorizo y nos juntábamos todos a comer al lado de la Cruz de los Caidos, a charlar y comentar las batallas...era otra historia.
Recuerdo una anécdota. Mi padre, que en paz descanse, y que era un tipo acojonante, buenísima persona, tenía un Citroën C8 familiar, nuevo. A mi lo que más me gustaba era que me mandara a lavar el coche. Yo sacaba el coche del garaje de delante, lo metía por detrás para lavarle y era lo que más me gustaba. Pero un día me encontré con un amigo que siempre estaba conmigo y fuimos hasta los campos, donde teníamos el circuito. El coche era nuevo y aquello era acojonante. Salimos despacio del pueblo, pasábamos el parque y, cuando no nos veía nadie acelerábamos a tope y al circuito. Aquello era impresionante hasta que en una curva a derecha se cayó el coche de un lado; se rompió el muelle de la suspensión. Aquel chaval que iba conmigo se echó a llorar: tu padre nos mata....y yo acojonado. Marchamos para casa con el coche de lado. Lo levantamos con un gato, estuvimos como tres horas y le metimos un palo de lado a lado para dejarlo a la misma altura. Cuando cargaron el pan por la mañana, al salir para repartir, en la primera curva, en la carretera general antigua, el coche se cayó. El repartidor volvió andando y cuando llegó donde mi padre le dijo: "Justo, yo creo que a algún camión se le ha caído una apea y se me ha metido debajo". Nos salvamos por eso. Esas anécdotas son para no olvidar.
En autocross tuve el Gordini, un 2 CV muy bien preparado y hasta un 124 de aquellos de faros redondos. Luego compramos el fórmula, tambien de autocross.
-E. L.: Las primeras carreras en las cuales yo te vi correr fueron allá por 1983, con un prototipo, en autocross. Aquella temporada creo que ganaste el campeonato de Cantabria en la clase B de más de 1150 cc.. Era espectacular verte con aquel coche, con el que batiste los records de varios circuitos (Requejada, etc.). ¿Qué nos puedes contar de aquel prototipo, de tus experiencias con él y de tus luchas con Pedro Llano, Fernando Crespo o Felipe González, entre otros?
-Daniel Sordo: Hay que valorar varias cosas, ya que estamos hablando de muchos años atrás. Cuando yo dejo el Gordini y el 124 de autocross, fabricamos un fórmula nosotros, que quizá fue el primer fórmula de autocross que hubo, yo creo que en Cantabria y en los alrededores. Fue apoteósico. Era de dos plazas, tipo buggy, preparado, con el motor de un 850 spider coupé. Lo fabricamos entre una persona que hoy está en el equipo, Cotelo, y yo. Es un señor, que en aquellos tiempos tenía un taller, era un gran artesano y que todavía hoy está con Dani. Ganamos con aquel coche en Cabuérniga y a partir de entonces la gente empezó a fabricar fórmulas, ya después de una plaza.
La experiencia aquella fue bonita. Ya me empezaron a conocer como un piloto muy espectacular. Llegué y gané, creo que dos años, el campeonato de Cantabria de Autocross. El coche no es que tuviera muchos caballos; llevaba el motor del R5 Copa. En aquellos tiempos era una barbaridad ver el motor de un Copa metido en un fórmula. Era un fórmula muy bien compensado. Lo había construido, en gran parte, un asturiano. Nosotros le hicimos una serie de mejoras, le adaptamos cosas...iba muy bien. Las luchas con Pedro Llano, Fernando Crespo, Felipe González, etc. fueron muy bonitas.

Documento de la época, con el fórmula de autocross. Se ve en la clasificación la lucha encarnizada con Pedro Llano, Velarde y Fernando Crespo. Aquí Sordo marcó uno de los varios records que hizo en el circuito de Requejada. Para los que tuvimos la suerte de ver la carrera en directo, fue espectacular. Fuente: periódicos locales.

-E. L.: Quizás la tierra se amoldaba mejor que el asfalto a tu espectacular forma de conducir. ¿Ha sido el autocross tu especialidad favorita?. ¿No te parece una pena que desaparecieran los autocross en Cantabria, y que no se hayan resucitado hasta ahora que tu estas intentando un poco volverlo a recuperar?
-Daniel Sordo: Es lo que me extraña, que se haya perdido, cuando precisamente el autocross es una disciplina importante de aprendizaje para un piloto. Ahora mismo de hecho, los jefes de equipo del mundial, o cualquier persona que sea inteligente en el mundo del automovilismo, a sus pilotos les manda hacer tierra. En aquellos tiempos correr en autocross o en tierra estaba considerado mediocre, pero ¿qué pasaba?...que los que corrían en autocross luego eran los que ganaban cuando salían al asfalto. A mi siempre me gustó porque se aprendía mucho y era muy barato; me encantaba marcharme al monte y marcarme mi circuito. El futuro de un piloto es empezar por la tierra.
El hecho de que el autocross en Cantabria se muriera, yo creo que fue debido a un periodo político y de organizaciones confuso. José Manuel Peña dejó la presidencia de la Federación y después la cogió Martín Güemes. En ese intervalo, se acabó el autocross. Fue una pena, ya que el nivel era muy bueno. Ahora mismo, yo he invertido un montón de dinero en el circuito de tierra con la esperanza de que esto renazca. Hay pilotos que ya están empezando a pensar en hacer autocross porque hay un circuito. Tengo muy poco tiempo, pero de cara al año que viene voy a intentar montar una challenge de autocross; buscar unos premios y hacer tres o cuatro carreras, una copa, con unos coches iguales...juntar 30 o 40, hacer mangas...le daría mucho aliciente. Creo que sería un éxito total. Pero lo que no hay es interés...a todo el mundo le gusta figurar pero cuando hay que trabajar aquí no se moja nadie.

Otra foto de la época saltando con el fórmula de autocross. Se puede apreciar lo bien hecho que estaba este coche, la escasa altura al suelo y lo "bien plantado" que estaba en la pista. Foto cedida por Daniel Sordo.

-E. L.: Como anécdota, comentar que con aquel prototipo le ganaste la I Subida en tierra de Caranceja a un piloto que creo que se llamaba Jesús Puras, que se presentó con un R8 1600 de autocross y causó sensación. ¿lo veías ya en aquel entonces como un futuro campeón?
-Daniel Sordo: Aquel recorte de periódico lo conservo, ya que hubo bastante polémica. Era la subida de mi pueblo; la organizábamos nosotros. Chus Puras venía con aquel R8, que lo había hecho Del Río (ahora en TRJ), llevaba un motor Gordini que en aquellos tiempos ya daba ciento y pico caballos, con cambio gordo, etc.. Había mucho pique conmigo, ya que yo tenía fama de espectacular. El que hizo la promoción de ir a correr Chus fue Del Río, buen amigo mío. Chus llegó con el R8 y yo lo gané. Pero lo que a la gente le extrañó de aquella subida es que yo, en la primera subida que hice, subía muy fuerte y me salí con el fórmula, en una curva muy complicada. Chus hizo un buen tiempo. Contaba el mejor tiempo de las tres mangas, yo hice en una de ellas un tiempo espectacular y le gané. La gente decía que había tongo, pero de eso nada de nada. Fue una anécdota importante, ya que entonces Chus ya tenía un nombre y me hizo ilusión ganarle. Aquel R8 ganó muchos autocross.

Otro documento de la época sin desperdicio, que conservo en mis archivos. La prensa local se hacía eco de la vistoria de Sordo sobre Puras en Caranceja. Este fue el R8 con el que Chus se presentó. Sin embargo, esta foto es en el tramo de Hermosa, en un rallysprint que se celebró semanas antes. Fuente: periódicos locales.

-E. L.: Con el mismo prototipo, creo que ya con motor Mitsubishi, participaste en algunas subidas de asfalto, ganando tu clase en casi todas. Esto fue el preludio de tu paso al asfalto, hacia 1984, con un vehículo "impresionante y supercompetitivo": aquel Seat 127 atómico, casi de serie, con el que tantas alegrías, en forma de espectáculo, nos diste a la afición. Recuerdo un rallysprint de Hoznayo, en la bajada a Villaverde de Pontones, donde yo nunca he visto llevar un 127 de la forma que tu lo llevabas. ¿Qué nos puedes contar de ese 127, con el cual te divertiste y nos divertiste tanto (corriste incluso un rallye Ciudad de Santander con él)?.
-Daniel Sordo: De aquel 127 tengo recuerdos muy bonitos. Era un motor de novecientos y pico centímetros cúbicos y el coche era lo que era. No tenía más de 60 y pico caballos; lo que tenía era una buena carrocería, hecha por nosotros con la obsesión de la seguridad. Pecábamos de tener mucho peso en los coches, ya que metíamos exceso de barras. Era un coche muy compacto, le tirabas con mucha comodidad, ibas de lado...disfrutabas mucho. Le puse unos colectores que me había hecho Oscar Cotelo. Tenía unos bajos impresionantes, dentro de lo que era el coche. Estuve 3 años con el 127. Le cogí mucho cariño y lo guardé. Luego lo vendí a un chico que no llegó a salir, lo destrozó contra un camión probando. Luego lo tuve aquí, pero no había forma de repararlo. Me dio pena porque me lo pasé muy bien con aquel coche. Recuerdo que en un slalom en Santander me descalificaron porque me calenté y empecé a tirar de freno de mano por todos los lados...la gente en una curva a mi me inspira de una forma especial. Con el M3, en Bilbao, habíamos ido a una subida de Jaizquibel y habíamos parado a comer. La gente dice: "si es Sordo, si es Sordo...enséñanos el coche". Había una campa grandísima de asfalto, bajamos el coche, nos pusimos a hacer ceros...una humera terrible, la gente tirada en el suelo saludando como si fueran los árabes, preguntaban que cuanto había que pagar por las ruedas...son anécdotas que te dejan un buen sabor de boca porque ves que la gente valora lo que haces. En Orense este año fue bonito escuchar a los aficionados decir: "el hijo es muy espectacular, pero el padre ya venía hace tiempo a correr a Almofrei y tambien era muy espectacular, es una generación de espectáculo total". Te enorgullece mucho que la afición se acuerde de estas cosas. Yo nunca he aspirado a ganar títulos, al subir al coche siempre he querido disfrutar y divertir a los demás sin poner en peligro a la gente...siempre he sido así, con 43 años que tengo.
-E. L.: Aprovechando esta entrevista, voy a satisfacer una curiosidad que me ronda en la cabeza desde hace casi 20 años. Voy a situar la cuestión, seguro que te vas a acordar enseguida: año 1985, primer rallye de tierra de cpto. de España en Cantabria, en los alrededores de Torrelavega. 81 inscritos, casi todos de fuera de Cantabria, con máquinas de quitar el hipo. Con el nº 80, salía un tal Daniel Sordo, con un vehículo de última generación: un R8 Gordini, con más años que la orilla del mar. Hasta aquí, nada de particular pero ¡sorpresa!...comienza el rallye (secreto) y el inocente R8 se coloca en el puesto 18, primer cántabro, hasta su abandono por bloqueo del cambio en el cuarto tramo. Hubo comentarios hasta en la prensa especializada nacional, en AutoHebdo, etc.. ¿Qué tenía aquel coche?¿conocías tan bien el terreno como se comentó?. Aún así, fue impresionante lo que hiciste con ese R8, que yo vi pasar y parecía un R8 Gordini normal, preparado pero nada más.
-Daniel Sordo: Era una zona que, si por ejemplo el tramo tenía equis kilómetros, yo conocía un veinte por ciento, porque era una zona donde íbamos a unos caseríos a dejar pan. Cuando a nosotros por la mañana nos dijeron en la reunión previa al rallye los tramos, le dije a mi mujer, que iba de copiloto: "Ostia, si es Monte Corona I, si el otro es Herrera de Ibio...". Nosotros desde Caranceja íbamos por las pistas, por Herrera de Ibio hasta Mazcuerras. Le dije a mi mujer: "Tenemos el rallye ganao". Llegamos a Monte Corona; el R8 era una pasada de coche, era un R8 Gordini francés, tenía el morro entero reformado, hecho casero para que pesara más, el capot se quitaba hacia arriba ya por entonces...todo fabricado por nosotros. Mi patrocinador en aquellos tiempos era Cuatro Caños mobiliario y decoración, de Bezana. Salimos al tramo supermotivados y todo el mundo estaba esperándonos. Cuando empezamos el tramo, el comienzo yo no lo conocía. A pesar de ello íbamos a un ritmo impresionante. A partir de mitad de tramo, ya por la zona de Monte Corona, que conocía, el ritmo fue aún mayor.
Fue mucha la gente que dijo: "este ha tenido que entrenar". No habíamos entrenado porque, además, en aquellos tiempos estaba de presidente José Manuel Peña, que era muy severo con lo de los entrenos. Nos comentó: "si sabeis algún tramo, yo al que vea entrenando lo descalifico, no sale a correr". Aquello lo llevamos a rajatabla, porque sabíamos como era Peña: no se entrenó ningún tramo.
Cuando llegamos al final del tramo: 18 de 81. ¡Ostiá!. Todo el mundo nos hacía entrevistas. Los 30 primeros eran coches impresionantes. Llegamos al tramo de Herrera de Ibio, donde mi hermana tiene el restaurante, que también lo conocía. Al kilómetro se bloqueó el cambio. Había una derecha con un rasante, hemos llegado a mucha velocidad, el R8 ha volado y al caer se abrió de atrás y pegó con el cambio en el suelo. Al bloquearse el cambio tuvimos que abandonar. Fue una pena, ya que el R8 no se rompía por ningún sitio, era de autocross. Aquello hubiera sido terrible, fue una pena el abandono.
-E. L.: Entre 1986 y 1987 corriste con el 127, pero en un par de carreras (que yo recuerde, Rallysprint de Lamasón y Subida a la Bien Aparecida), corriste con dos tracción trasera diferentes: un Talbot Rallye y un 124-2000 ¿qué nos puedes comentar de este paso momentaneo a la tracción trasera?
-Daniel Sordo: La tracción trasera a mi siempre me gustó mucho, porque mi objetivo era el espectáculo. Me gustaba mucho experimentar, la tracción delantera no me ha llenado nunca pero la trasera si. Me divertía mucho hasta llegar a cometer errores de bulto: trompear, entrar de lado de tan pasado que ibas, etc.. Fue otra experiencia más de toda mi etapa, muy divertida.

Con el 124-2000 que luego fue de Javier Aguinaga, con propaganda ya de Tintoretto entre otros. Esto es el segundo rallye de tierra del Campeonato de España, que se hizo en Cantabria. Como veis, Daniel "no tenía catarro" a la hora de tirar el coche; solo hay que ver las marcas del suelo. Foto cedida por Daniel Sordo.

-E. L.: Para 1988 alternas el 127 con el Citroën Visa GTI grupo N, con el que ya correrías todo el año. Era un coche que no cuajó con ningún piloto y lllevabas muy poco preparado. ¿cuáles fueron tus experiencias con este coche?
-Daniel Sordo: Me acuerdo que los únicos Citroën que estabamos éramos José Angel Maestro y yo. También salió algo con el GTI Luis Pla. Fue un año que dijimos: "¿qué coche preparamos?". Me acuerdo que este coche lo compramos bastante bien, nuevo, de serie. Y otra vez la misma historia: carrocería, barras, etc.. El Visa era un coche muy fiable, sabías que ibas a correr un rallye de Reinosa y en un momento dado ibas con el coche hasta Reinosa. Yo a eso no estaba acostumbrado. Anduvimos bien, hicimos buenos tiempos, pero era un coche para ir muy fino. Si le intentabas tirar, el coche no deslizaba. Y no era sólo el mío, José Angel chocó fuerte con su Visa bajando Novales porque lo intentó tirar. Fue un coche un poco complicado en el tema de llevarle.
En los tiempos del Visa tengo un buen recuerdo, que era mi patrocinador, la franquicia de ropa Tintoretto. Conocí al gerente en la zona norte de España y me solucionó la papeleta, permitiéndome el dinero que me dieron hacer el campeonato completo. Terminamos el año y el Visa fue otro coche que también vendimos.
-E. L.: En 1989 pasaste a la tracción trasera. En tu linea de correr para divertirte y divertir a la afición, escogiste un coche tan espectacular como poco competitivo: aquel Opel Manta 2000, en gr. A. Recuerdo haber saltado un terraplén, en el tramo de S. Pedro de Rudagüera, porque ya me veía con el Manta encima. Con aquel coche los aficionados estabamos como locos por verte llegar, porque eras el más espectacular. ¿qué tal lo pasaste con ese Opel Manta?
-Daniel Sordo: En el tema de asfalto, tengo con este coche los recuerdos más bonitos. Aquel coche se lo compré a Otamendi. Yo estaba apagado después de la temporada del Visa y quería algo más gordo y con tracción trasera. Llevaba un copiloto que era un tio acojonante, Carlos Maroto. Carlos tenía un pub en Cabezón. Lo había cerrado tarde y, sin dormir él, fuimos a correr un rallye de Reinosa. Me acuerdo que íbamos en un tramo, Montesclaros, sin notas (gran error mio siempre, correr sin notas; el que me encarriló en el tema de las notas fue Amadeo Aguirre), llegamos a un cruce de derechas muy largo y una entrada de izquierdas. Estaban los dos abiertos y yo me tiré por el de izquierdas, porque era la trayectoria lógica para mi; íbamos en cuarta a saco. Le digo a Maroto "dime cual viene ahora"; me dice "ahora viene una de derechas a tope"...yo veía todos los coches aparcados en medio de la carretera y le decía: "pero estos cabrones, no se darán cuenta de que hay un rallye". Viene una furgoneta 4L a toda velocidad de frente, paramos y le dice Maroto: "pero no se da cuenta de estamos corriendo un rallye"; va el de la furgoneta y responde "pero so gilipollas, que el tramo no es por aquí, es por allí". Nos habíamos confundido en el cruce. Aquello fue apoteósico. Cuando salimos, la gente nos estaba esperando afuera para decirnos que nos habíamos equivocado.
El Visa, a últimos de año negocié con Otamendi, puse dinero encima y me vendió el Manta. Trajimos el Opel Manta y aquello fue impresionante. Recuerdo un rallye de Torrelavega, que corría gente muy importante, en el cruce de Mercadal la gente estaba apilonada como en el mundial esperando vernos llegar a aquel cruce. Recuerdo que llegábamos a tope, de lado, di un trompo, con toda la gente saltando, el polvo del grijo, que no se veía donde estaba el coche...En la segunda pasada la gente ya estaba perfectamente colocada en su sitio. Al acabar el rallye, los guardias vinieron a llamarnos la atención: "eso no se puede hacer"; yo le dije: "si se me cruza el coche yo tengo que dar la vuelta, estamos en un tramo cronometrado". Tengo una foto en ese cruce con la culera del Manta por la cuneta y la rueda de delante en el aire. Los tiempos del Manta son unos recuerdos inolvidables. Eran 130 CV. con una caja un poco buena; un coche muy divertido.
-E. L.: En 1990 cambiaste al R5 GT Turbo Gr. N. Corriste quizá más rallyes y subidas que nunca, en una temporada. ¿cómo te sentó ese cambio?¿qué opinas del GT Turbo, con el que corrió casi toda la gente de Cantabria de aquella época, y con el que saliste a correr también fuera de nuestra región (Fito)?
-Daniel Sordo: El cambio me sentó mal. Mal porque cometí un fallo al coger este coche. Se lo compré a Gargo. Me equivoqué. Este era un coche para gente que tenía objetivos de ganar carreras o intentar estar arriba. Aparte de que lo pagué muy caro, me di cuenta de que no era mi coche; ya era tarde y había que correr la temporada con él. Fue el primer año que yo tuve contactos con Donuts y La Milagrosa, el gestor aquí en Cantabria. Empezó a ser buen año en el tema de patrocinadores y económico, pero fue un año muy desagradable porque yo no tenía ilusión por montarme en el coche. Salíamos a correr porque nos habían pagado un dinero, pero yo no tenía motivación; pasaba por las carreteras y veía que no llegaba al público, un tema que siempre me ha preocupado. Me acuerdo un día que lo tiré de freno de mano en una paella en subida y casi vuelco...una experiencia nefasta, el R5 GT Turbo; para mi, fatal. Yo ahora mismo un GT Turbo para correr ni regalado; no lo quiero.

El R5 GT Turbo no se adaptaba a la forma de pilotar de Daniel. El coche estaba impecable, portando por primera vez la propaganda de Donuts y La Milagrosa, que acompañaría a Daniel muchos años. Foto cedida por Daniel Sordo.

-E. L.: Para 1991 el salto de calidad fue importante, ya que trajiste el Ford Sierra Cosworth Gr. N, que en esa misma temporada hiciste Gr. A. ¿qué recuerdos te trae ese coche?¿cuáles fueron tus mejores resultados con él?
-Daniel Sordo: Resultados tuve importantes, en el regional y en las subidas de fuera de la región. Satisfacciones buenas, ya que era un coche muy parecido al Opel Manta. Corrimos también un rallye de tierra que hubo en Cantabria. Era un coche bastante duro y tengo buenos recuerdos con él. Lo tuve dos o tres años.

El Sierra Cosworth fue el primer aparato realmente gordo que tuvo Daniel. Recuerdo que este coche fue un espectáculo, tanto en rallyes como en slaloms. Foto cedida por Daniel Sordo.

-E. L.: Hiciste algunas subidas con el entonces novísimo Citroën ZX 16v Gr. N ¿cómo fue la experiencia?
-Daniel Sordo: Ese coche lo compramos nuevo, flamante. Me metí en esa embolada del ZX ya que era un coche que querían patrocinar. La preparación la tuvo que hacer Jacob, en Pau. El coche corría un montón; iba a haber un tema con Citroën para hacer el campeonato de España de gr. N en subidas con ese coche y al final se cayó el proyecto que tenía Citroën. Corrimos por nuestra cuenta. En Jaizquibel quedamos de los primeros y después Citroën nos comunicó que habían cambiado de planes. Entonces me puse aquí a correr lo que pudimos con el ZX. El coche iba francamente bien, corría bastante. Lo que pasa es que para hacerle bien a asfalto había que gastar mucho dinero, con el que yo contaba al principio pero que al final no tenía. Le dejé aparcado un montón de tiempo y compre el Escort, nuevo.

El ZX fue una novedad, yo creo que a nivel nacional, ya que por aquel entonces, los aficionados no habíamos visto este coche en los rallyes y subidas. Esto es la subida al Fito y, como se ve, aún con un tracción delantera, en asfalto seco y subiendo, el espectáculo con Daniel estaba asegurado. Este coche tenía una nobleza para tirarlo que no tenía nada que ver con el Visa o con el GT Turbo. Foto cedida por Daniel Sordo.

-E. L.: Después, corriste en subidas con el Ford Escort Cosworth Gr. N, que hoy tienes convertido en WRC. Incluso corriste el cpto. de España de subidas. ¿te costó adaptarte a la tracción total? ¿qué potencia llevaba en gr. N este coche?
-Daniel Sordo: La potencia no era mucha; 250 o 260 caballos. Aquí me llevé yo una sensación rara con la tracción total; tiraba mucho de las cuatro patas y, sobre todo, mucho de delante. La verdad es que tuvimos que transformar todo; pero enseguida lo transformamos a grupo A y le hicimos que tirara más de atrás. Fue un año complicado al principio. Después el coche funcionó muy bien. Era un coche serio; cuando lo hicimos a gr. A costaba mucho dinero preparar y mantener el coche. Empezamos a correr la copa a nivel nacional que se hacía con los Escort, en la cual corría también Daniel Alonso. Comenzamos en el Caja Cantabria y seguimos con el Ciudad de la Coruña. Estuvimos entre los primeros en la Copa. Terminando Coruña, corriendo contra Alonso y Castrillón, vimos que se rompían las cajas de cambios, ya nuestra caja no era reforzada como, por ejemplo, la de Daniel Alonso. Nos sentamos como estamos nosotros ahora y nos preguntamos ¿qué objetivo tenemos, gastando un montón de millones para nada?. Cogí el coche, me vine para acá y seguí corriendo mis carreras que era lo que más me gustaba. En Coruña fue donde me di cuenta de que me estaba metiendo en un hoyo de tonterías que no eran mis objetivos de siempre. Me di cuenta de que yo tenía que seguir pasándomelo bien, jugando al juego que a mi me iba e ir a correr donde te quieren y y ya está. Fue una historia muy bonita ya que lo dejé todo muy claro conmigo mismo, me quedé muy a gusto con la decisión.
Del Escort pasé al BMW M3. Fue una adquisición importante; eran muchos millones y aquello corría muchísimo. Lo compré a Gerard de la Casa, con el motor roto después de haber corrido en circuitos alquilado a otro piloto. Lo trajimos aquí a TRJ, restauraron el motor y estuvimos corriendo un tiempo con él. Llevábamos trescientos cuarenta y tantos caballos.

Por la inclinación de la cabeza de Daniel y la marca de la rueda trasera, se ve que estaba empezando a liarla en el cruce de Solórzano, en el rallye Caja Cantabria. El Escort salió completamente de lado, para deleite de los que estábamos en esa curva. Foto cedida por Daniel Sordo.

Con el M3, en Jaizquibel, completamente de lado. Este coche, con el de Riera, era el mejor M3 de subidas que había en el momento. Potencia, para dar y tomar; el sonido, apabullante. La forma de conducir de Daniel, como se ve, para poner en pie a todos los aficionados. Foto cedida por Daniel Sordo.

-E. L.: Ya prácticamente llegamos a nuestros días. Los últimos años has corrido con un auténtico pepino, el Escort Cosworth WRC. ¿qué se siente al pilotar una máquina de este nivel?¿qué nivel de potencia lleva y qué diferencias relacionado con los que corrían en el mundial?
-Daniel Sordo: Hay mucha diferencia, ya que esto es un mini WRC, tiene hecho lo mínimo. Cualquier pieza de un WRC cuesta un montón de dinero. No he seguido haciendo más cosas porque esto se acaba. Yo he estado en contactos con gente de Inglaterra y el Ford se está acabando; piezas del Escort WRC se están acabando, se están destruyendo. Ahí tengo quitado el cambio y ahora el embrague vale trescientas mil pesetas. Intentaré tenerlo para la Subida a la Bien Aparecida, pues me hace mucha ilusión llegar a la segunda paella y hacer "mi paellita" (por cierto, la subida ya se ha hecho y Daniel ha podido hacer "su paellita", para deleite de los aficionados). El otro día un gallego me ha llamado para comprarme el coche ¿qué hago, lo vendo o no?. Pués aún no lo sé. Ahora el objetivo es tirar para adelante a Dani y no sé qué haré con el Escort. Es un coche que me ha dado muchas satisfacciones y espero que me dé alguna más.
Luego compré el Mitsubishi para correr yo. Lo compramos porque estaba muy desilusionado con el Escort ya que se me rompía, desde que lo hicimos WRC; problemas de dinero que no se podían soportar, todo valía un montón. Con el Mitsubishi hicimos el Rallye de Torrelavega; pues bien, la decepción fue muy grande cuando yo me monté en el Mitsubishi. A cualquiera que se lo diga, me dirá: tu eres un tío raro, porque el Mitsubishi ahora mismo es un coche de lo mejorcito que hay. Pero yo veía que no era un coche para mi; yo lo tiraba como el Escort y el coche no iba, se iba de morro y salía, como un tiro. En Polanco hicimos un scratch pero sin sensaciones; yo veía que me había vuelto a equivocar. Me planteé ¿qué objetivo hay?. Dani estaba corriendo subidas, sin carnet, con el BMW Alpina y, por sorpresa, en la Aparecida, 15 o 20 días antes, con el grupo del Alpina roto, le dije: ¿por qué no corres en La Aparecida con el Mitsubishi?... Papá, como quieras. Jamás había tocado el Mitsubishi, un día se metió en el circuito de karting con el Mitsubishi, yo lo vi y me dije: "este tío corre". Lo inscribí en la Aparecida con el Mitsu y yo con el Escort. Salió y yo me dije: no me vuelvo a subir al Mitsubishi, para él. Luego le he visto ir a él de lado y he pensado que quizás sea mi forma de conducción, no el coche en sí.
Se acaba mi trayectoria, hasta hoy, un poco centrándome en Dani.

El Escort Cosworth WRC, que reciéntemente habeis visto en la subida a La Aparecida. El coche, impresionante; la trazada del cruce, sin comentarios. El asfalto completamente seco y caliente no es suficiente para impedir la abanicada, con casi 400 bichos bajo el pie. Foto cedida por Daniel Sordo.

-E. L.: No queremos dejar pasar la oportunidad de hacer un homenaje a tus copilotos. Montse Castillo, con el 127; J.A. Falagán, Luis Moja, Carlos Maroto (que te aguantó con el Manta), M.A. Lanza (con el GT Turbo), Secundino Figaredo (con el Sierra), Amadeo al final, etc..... ¿qué te aportó cada uno de estos copilotos? ¿con cual te has sentido más a gusto? ¿cómo puede influir el copiloto en el rendimiento del piloto?
-Daniel Sordo: Gutiérrez Arabia, campeón de Slalom, fue también conmigo en el Sierra de copiloto en una ocasión. La verdad es que yo no me he dado muy bien cuenta de la labor del copiloto hasta que llegó Secundino Figaredo y empezamos a planificar un poco las carreras y las notas. Ya con Amadeo, que estuvo conmigo 6 años, el planteamiento fue que Amadeo se montaba conmigo (venía de correr con Martínez-Conde) si yo me mentalizaba de que tenía que ir con notas. Yo acepté y así empezó la aventura con Amadeo. Hombre, con notas se va más deprisa, pero la verdad es que yo a las notas las he hecho siempre muy poco caso. Me decía Amadeo: "Daniel, ¿en qué coño vas pensando?". Yo a Amadeo le debo mucho; ahora ha seguido con Dani. Además de un gran copiloto es una gran persona.
Montse, en aquellos tiempos del 127 aguantó mucho. Había que tener narices para montar conmigo en ese coche. Creo que fue Falagán el que se montó luego en el 127 y me decía "así no podemos ir, con esas rueducas bidobal".
Los copilotos han tenido que aguantar mi forma de ser, ya que, según todos yo soy un tio complicado, con muy mala ostia, que me gustan las cosas muy bien hechas...hay veces que doy un golpe sobre la mesa y digo: esto así no puede ser. Pero bueno, así son las cosas.
-E. L.: Tu vehículo favorito, de todos con los que has corrido; tu tramo, tu rallye y tu subida, de los que has disputado.
-Daniel Sordo: Vehículo favorito mío, funcionando bien, el Ford, el Escort, el WRC. Es un coche para correr mucho; me gustaría que Dani corriera con él; ahora mismo es una bomba. Entre tu y yo, ahora mismo anda con 380 CV...impresionante, im-pre-sio-nan-te. Subida: La Bien Aparecida, creo que es la subida más bonita que hay en toda España. Hay un ambiente de público sano y muy bueno, de todas las regiones. Tramo: Tramalón y rallye el de Cóbreces. En Tramalón Amadeo me decía: "Daniel, no hay nadie que vaya tan deprisa como tu en Tramalón". Además es un tramo donde te puedes pegar un sopapo considerable.

El coche favorito de Daniel, a pesar de su fragilidad, es el Escort WRC. Como se ve, lo cruzaba y hasta volaba con él. La planta y la presentación del coche, como ya es habitual en Daniel, impecables. Foto cedida por Daniel Sordo.

La subida favorita de Daniel es la Bien Aparecida. La segunda paella, como vemos, es su debilidad. Aquí se puede ver que la debilidad de la afición en La Aparecida por Sordo se hace evidente en la multitud de pintadas y en la forma de animar. Foto cedida por Daniel Sordo.

-E. L.: No nos podemos resistir a la pregunta, a pesar de que hoy el protagonista eres tu: ¿cómo ves a ese fenómeno que es tu hijo?¿hasta donde puede llegar?
-Daniel Sordo: Es malo que, como padre me lo preguntes a mi. Yo a Dani le veo con mucho futuro, pero lo bueno de Dani es que tiene los pies en el suelo. Ahora mismo es el piloto revelación; yo creo que puede llegar, si no se cruzan las cosas, esperemos que al Mundial. Quien lo está viendo y siguiendo, sabe que es un piloto con un gran potencial.
-E. L.: Para terminar ¿cómo ves los rallyes del regional ahora? ¿y los coches, en comparación con los años 80?¿Cambiarías tu época por esta?. Yo, como aficionado, me divertía más antes, con más tracción trasera ¿tu, como piloto, como lo ves?
-Daniel Sordo: Yo creo que la época pasada la gente hacía más florituras; ahora se corre más por el dinero. Hoy el que corre es con dinero y antes se corría sin dinero, la velocidad era menor pero se divertía uno más. Los objetivos eran pequeños. Ahora la velocidad es mucho mayor, los coches valen muchos millones, el riesgo es grande y el espectáculo es menor. El castañazo vale ahora mucho dinero. De antes, un aletazo o un llantazo de un R8 o un 124 se arreglaba yendo al desguace, hoy esto es más serio.
Yo soy muy clásico, me quedaría con los años anteriores. Pero no me hagáis mucho caso, igual es que ya me he hecho muy mayor.
© Eduardo Lastra
Agradecemos a Daniel Sordo el tiempo que nos ha dedicado en esta agradable charla, el rato tan divertido que nos hizo pasar, la cantidad de jugosas anécdotas que nos ha contado y las fotos tan estupendas que nos ha proporcionado. Posiblemente Daniel nos dé alguna sorpresa y aún encuentre alguna foto del 127 o del Manta, o de épocas anteriores, que adjuntaremos en cuanto las tengamos. Nos dedicó todo el tiempo que hizo falta, sin prisas, y esto es muy de agradecer. Gracias, Daniel, otra vez y espero que la transcripción de la entrevista sea de tu agrado y del agrado de todos los aficionados.

Eduardo Lastra y Daniel Sordo en un momento de la entrevista




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