El pasado viernes, daba comienzo oficialmente con el shakedown y las verificaciones administrativas y técnicas el Rallye Príncipe de Asturias en su 40 edición. Edición que se presentaba con mucha expectación en lo que suponía su retorno a la puntuabilidad para el Campeonato de España de Rallyes de Asfalto, habiendo solicitado además en esta edición preinspección a la Federación Internacional de Automovilismo de cara a una futura inclusión en el calendario de pruebas puntuables para el Campeonato de Europa de Rallyes. La organización, a cargo del Automóvil Club del Principado de Asturias, se había volcado en los días previos a la prueba y su intención era poner el listón alto a nivel organizativo, aprovechando además este 40 aniversario para editar un libro con las mejores imágenes de todas las ediciones celebradas, presentar un himno oficial de la prueba, elaborando una página web de la prueba con todo tipo de información y habilitando además gradas para el público en algunos puntos del recorrido.

En el aspecto puramente deportivo, la prueba se presentaba muy animada, con un Miguel Fuster que llegaba claramente destacado en el campeonato a esta prueba, en la que se podría proclamar matemáticamente Campeón de España, puntuando además el rallye para todos los campeonatos y copas monomarca nacionales, presentando una inscripción excepcional de 97 pilotos, con un orden de salida un tanto caprichoso que podía perjudicar a algunos pilotos con buena clasificación en el campeonato, como era el caso de Daniel Sordo. Entre las ausencias de los habituales del certamen, destacar la del cántaro Eloy Entrecanales, y como incorporación destacada, la del piloto catalán Salvador Cañellas con el Suzuki Ignis Súper 1600 habitual del Mundial Junior.

Iba a ser en el shakedown donde ya se presentaban problemas para algunos pilotos, caso de López-Fombona que se iba derecho en una frenada de izquierdas dañando seriamente su vehículo y siendo duda para tomar la salida el día siguiente. Igual suerte corría el piloto andorrano Albert Llovera, pudiendo no obstante tomar la salida en ambos casos, si bien López-Fombona tenía que recurrir a Salvador Belzunces como copiloto, toda vez que el santanderino Carlos del Barrio había quedado resentido del golpe.

La prueba en sí se iba a disputar en dos etapas, sábado y domingo, divididas en cuatro secciones, con un total de 12 tramos cronometrados y 195,66 km de velocidad, comenzando con el tramo de La Rasa de 8,36 km. En él se iba a poder ver un calco de lo que iba a ser la lucha por la cabeza de la prueba durante todo el fin de semana, con Enrique García-Ojeda, Alberto Hevia y Joan Vinyes con los mejores tiempos, y separados entre sí por menos de 3", pero aventajando ya a Fuster, Vallejo, Puras, Cabo y Nafría. A continuación, a tan sólo 8 décimas de David Nafría llegaba Dani Sordo, decidido a luchar por la victoria en el grupo N en este Rallye, aventajando en 3" a su compañero de equipo, Pons, y en 5" a otro Mitsubishi, el de Santiago Concepción, y adelantándose igualmente a pilotos como Salvador Cañellas, Sergio López-Fombona o Jorge Antonio González.

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